Tuesday, July 6, 2010

El ENEMIGO COMO SISTEMA / EL REGIMEN CHAVISTA COMO SISTEMA II

EL ENEMIGO COMO SISTEMA /EL REGIMEN CHAVISTA COMO SISTEMA II

En el escrito presentado la semana pasada quedamos con unas incógnitas cuyas respuestas para muchos es evidente, vamos a recordarlas:

¿Ya ustedes saben cuál es la respuesta?

¿Entonces? ¿Cuál es el Centro de Gravedad o del Núcleo del Sistema? ¿Es decir del Régimen?:

Usaremos modelo de 5 anillos basándonos en estudios ya probados del Coronel USAF (Fuerza Aérea de los Estaos Unidos) John A. Warden III.

El modelo de los cinco anillos

Para conseguir que el concepto de un sistema enemigo sea útil y comprensible, tenemos que elaborar un modelo simple. Todos nosotros usamos modelos diariamente y todos entendemos que no reflejan la realidad. Pero, nos proporcionan una forma comprensible de un fenómeno complejo de tal forma que podemos utilizarlo. Pero primero, en nuestro caso debemos entender “El Régimen Chavista como ENMIGO”.
Los mejores modelos a nivel estratégico son aquéllos que nos dan la imagen más sencilla de una situación. Como necesitamos más información, ampliamos porciones de nuestro modelo de modo de poder observar más detalladamente los detalles. Sin embargo, es importante que al construir nuestro modelo y usarlo siempre, comencemos por lo mayor y continuemos hacia lo menor. El modelo que constituye una buena aproximación al mundo real es el de los cinco anillos. Aparentemente describe a la mayoría de los sistemas con una precisión aceptable y es fácilmente expandible para obtener mayores detalles en la medida que se requieran. Pensar sobre algo tan grande como un estado es dificultoso, de modo que iniciemos nuestro examen de los cinco anillos recurriendo a algo más familiar para nosotros nuestros propios cuerpos (tabla 1).

Tabla 1: Sistemas
Cuerpo
Liderazgo
Cerebro
- Ojos
- Nervios

Elementos Orgánicos Esenciales
Alimentos y oxígeno
Infraestructura
Vasos sanguíneos,
huesos, músculos
Población
Células
Mecanismos de combate
Leucocitos

En el mismo centro el núcleo estratégico personal está el cerebro. El cuerpo puede existir sin un cerebro actuante, pero en tales circunstancias el cuerpo ya no es un ser humano, o un ente estratégico. (Una entidad estratégica es algo que puede funcionar por sí misma, y es libre y capaz de tomar decisiones sobre dónde se dirigirá y qué hará.) El cerebro proporciona la conducción y dirección al cuerpo como un todo y a cada una de sus partes. Él, y solamente él es absolutamente esencial en el sentido de que no puede ser sustituido, y sin él el cuerpo, aunque técnicamente vivo, no puede seguir operando a un nivel estratégico. Junto con el cerebro están los directores que le permiten reunir y diseminar información interna y externamente. Los ojos y otros órganos entran dentro de esta categoría.
Muchos tenemos que en concepto de fin estratégico esta el centro de gravedad del enemigo y ese centro es la mente del comandante enemigo, dominando esta el sistema colapsa.

Todos los sistemas parecen requerir ciertos elementos orgánicos esenciales normal mente algún tipo de ingreso energético y las propiedades para convertirlo en otra forma. Para los seres humanos, los elementos esenciales son alimentos y oxígeno. A continuación y en orden de prioridad están aquellos órganos que denominamos vitales, como el corazón, los pulmones, y el hígado aquéllos que trasforman o trasportan los nutrientes y el aire en donde el cuerpo pueda usarlos. Sin esos órganos esenciales, 2 el cerebro no puede desarrollar su función estratégica, y sin el cerebro, esos órganos carecen del control que precisan para proveer un apoyo integrado. Nótese aquí que una máquina puede sustituir a todos los órganos vitales; por el contrario, no hay mecanismo que pueda hacerse cargo de las funciones estratégicas del cerebro.

Podríamos preguntarnos por qué los órganos vitales no son más importantes o similares que el cerebro. La razón es que sin la función integradora y directriz del cerebro, estos órganos nada significan. En sentido opuesto, teóricamente el cerebro puede ser conservado vivo y en comunicación con el mundo externo a través de alguna forma de sistema de apoyo a la vida. Bajo estas circunstancias, todavía sería una persona y aún sería capaz de influenciar al mundo exterior. Un corazón sin cerebro, por otro lado, es una bomba muy cara y compleja, sin sentido o aptitud, para actuar o alterar algo.

A continuación pueden considerarse los huesos, los vasos sanguíneos, y los músculos. Esta infraestructura es importante, pero aquí la tenemos en abundancia y el cuerpo es capaz de ocuparse de ella.

Siguiendo el examen del cuerpo, podemos observar decenas de millones de células que llevan alimentos y oxígeno por todo el cuerpo. También son importantes, aunque podemos perder una moderada porción de ellas y aún sobrevivir.

De este modo, hemos identificado un sistema completo, un cuerpo que puede hacer cualquier cosa para lo cual haya sido preparado. En un mundo perfecto, no necesitaría nada más. Desafortunadamente, el mundo no lo es; más bien, está repleto de parásitos y virus que atacan al cuerpo en cuanto pueden. El cuerpo se auto defiende con células especiales protectoras, tales como las células blancas de la sangre. Ellas constituyen el quinto y última parte de nuestro modelo universal de sistema.

En forma que reflexionamos sobre cuerpos humanos, lo hacemos en términos de sistemas; aunque podemos adjudicar varios niveles de importancia a las partes del cuerpo, ellas realmente constituyen un sistema. Si cualquier elemento del sistema deja de funcionar, tendrá un efecto de más o menos importancia sobre el resto del cuerpo. Es interesante notar que, cada parte del cuerpo es a su vez un sistema. Por ejemplo, el corazón cuenta con un mecanismo de control interno, aprovecha la energía que le llega, posee una red interna de vasos, tiene millones de células para hacer el trabajo debido, y cuenta con sus propias células protectoras especializadas. De ese modo tenemos un ente estratégico o sistema el cuerpo el que a su vez está compuesto por muchos subsistemas, cada uno de los cuales tiende a reproducir la entidad total en función del modo como están organizados.

En el otro extremo del espectro está el sistema solar. El sol es parecido al cerebro. Está ubicado en el centro y su gravedad mantiene a los planetas en órbitas ordenadas. Su esencia orgánica es el proceso de fusión que entrega calor a todo el sistema solar y conserva al sol con dimensiones y masa apropiadas. Envía su calor y gravedad por medio de la infraestructura espacial y las órbitas planetarias. Los planetas mismos son similares a las células del cuerpo o a la gente de un estado. La única cosa que no tiene el sistema es el quinto componente que lo protegería de ataques externos. Los sistemas inorgánicos, a diferencia de los orgánicos, carecen de aptitud para autodefenderse.

Si algún grupo quisiera destruir el sistema solar, podría hacerlo atacando y destruyendo cada planeta o simplemente podría destruir el sol (o colocar un escudo antigravedad en torno a él si quisiera conservarlo con otros propósitos). Con el sol ausente o bloqueada su gravedad, todos los planetas se desplazarían hacia el espacio exterior y el sistema solar pasaría a la historia. Es interesante notar que el efecto de la destrucción del sol sobre la tierra no se manifestaría hasta dentro de nueve minutos y podría continuar alguna suerte de vida sobre la superficie durante algún tiempo después. (Debemos siempre asumir una demora entre los eventos estratégicos y los subsiguientes efectos tácticos.) La tierra sería irrelevante si el sol, su centro estratégico su cerebro desapareciese.

Entre el cuerpo y el sistema solar existen artefactos humanos grandes y complejos como una gran red eléctrica. Tal red eléctrica consiste en un control central, cuenta con elementos orgánicos esenciales para recibir energía y convertirla en electricidad, dispone de una estructura de líneas de trasmisión, está dotada con personal que la mantiene en funcionamiento, y tiene personal de mantenimiento para repararla cuando sufre desperfectos.

Habiendo observado diferentes sistemas con los que tenemos una cierta familiaridad, advertimos una similitud que se revela en todos ellos. El modelo que se despliega ante nosotros y que parece describir una cantidad razonable de diferentes sistemas, tiene cuatro componentes básicos: un liderazgo o dirección centralizada, elementos orgánicos esenciales, infraestructura, y población. Suplementariamente, todo sistema orgánico parece contar con un quinto componente que lo protege de los ataques exteriores o la degradación general. En otras palabras, tenemos un modelo simple que sirve de mapa para ayudarnos a interpretar procesos muy complejos.

Si tuviéramos que partir de abajo hacia arriba para comprender algo, así como un sistema eléctrico, tendríamos que ser expertos en electricidad, computadoras, mecanismos, materiales y muchas otras cosas. A menos que eso fuera nuestro trabajo permanente probablemente nunca llegaríamos a saber cómo funcionan las cosas. Y los sistemas eléctricos son única mente uno entre un número infinito de sistemas de interés para el pensador estratégico y el planificador de guerra. Puesto que posiblemente no podamos conocer alguno de esos sistemas en forma detallada, podemos presentarlos de un modo que nos permitan lograr suficiente aptitud como para trabajar con ellos en el mundo real y debemos encargarnos de ellos porque constituyen nuestra esencia y la de nuestros enemigos.

Una vez construido el modelo, podemos buscar semejanzas adicionales que se apliquen a los sistemas en general. Una de gran importancia es la aparente aplicabilidad de la segunda ley de la termodinámica. Esta ley natural nos informa que el movimiento inexorable de las cosas pasa de un estado de orden a otro de desorden. Nuestros hogares ofrecen buenos ejemplos de la vigencia de esta segunda ley.3 Todos sabemos que poner la casa en orden demanda una gran energía y aún más para controlar el proceso de desorden. Sabemos que nuestros hogares están en un estado constante de deterioro, desde la tendencia de las ropas y los libros a emigrar de armarios y repisas, y desordenar la casa, hasta la herrumbre de las cañerías y el escamado de la pintura. Cuanto más complejo sea un sistema, el mantenimiento tenderá a ser más precario y muy probable mente la inyección de energía en los sitios equivocados acelerará el movimiento natural hacia el desorden y hasta el caos.

Puede ser útil para algunos pensar que esos subsistemas orbitan como los electrones; si los electrones se desplazan sobre distintas órbitas o desaparecen completamente, el átomo cambia su naturaleza.

Veamos ahora como nuestros modelos son aplicables a entidades estratégicas, como un estado o un cartel de la droga, y cómo podemos aprovecharlos para desarrollar planes de campaña. Sin embargo, antes de continuar es imperativo comprender que la guerra estratégica puede no tener nada que ver con las fuerzas militares enemigas.
Pero el Regimen Castro comunista de Hugo Chávez tiene vida y vive con un sistema con sus sub sistemas
En el próximo escrito les dare idea de la aplicación que se que en sus mentes ya han pasado por toda la estructura del Régimen y sus partes
Continuara…../
GADV

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